Es difícil estimar cuando aparecieron las primeras plantas sobre nuestro planeta Tierra. Podemos imaginar que aproximadamente hace unos 600 millones de años, las algas marinas decidieron colonizar lo que en aquel momento era un suelo seco como la superficie lunar. De ahí surgieron los primeros helechos que se fueron adaptando al medio y que comenzaron a establecer relaciones de simbiosis con los hongos que habitaban en su sistema radicular. Esta relación se materializó en la formación de “supra-organismos” donde los hongos obtenían carbohidratos de los helechos y estos a cambio, recibían recursos hídricos, sales disueltas y otros biostimulantes, permitiéndoles crecer a ambos en una relación (simbiosis) mutualista, donde la relación a largo plazo que mantienen beneficiaba a ambas partes. A esta comunidad de hongos se les conoce como micorrizas. Por tanto, no cabe duda en pensar que las micorrizas se pueden considerar como una estrategia agroecológica para optimizar la calidad de los cultivos. 

Podemos preguntarnos porque nuestros cultivos son cada vez más sensibles a plagas y enfermedades o porque tienen menos calidad, entre otras características no deseadas. El problema es que el valor del recurso suelo y la biomasa que en él habita ni se percibe ni se valora. En las últimas décadas de explotación de nuestros cultivos, no existía una consciencia de la degradación del suelo, de sus propiedades incluyendo la pérdida de la comunidad de micorrizas que colonizaban las raíces de las plantas que en ellos crecían. La pérdida de la cubierta vegetal y el aumento de la erosión son signos de que ese “supra-organismo” ya no habita en esos suelos.  

Durante el pasado siglo, la producción agrícola se centró mayoritariamente en el uso de fertilizantes minerales y productos químicos que, para mantener los rendimientos de los cultivos, supuso el uso de dosis masivas que nos han llevado hoy al estado de degradación que sufrimos en los suelos. Por suerte, la investigación de los últimos años en los insumos agrícolas ha ido encaminada a los componentes biológicos, como productos de biocontrol de plagas y enfermedades y de bioestimulación en plantas, que contribuyen a aumentar la fertilidad del suelo, así como a mejorar la estabilidad y funcionamiento de todo el ecosistema. 

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Tres de los factores más determinantes en el incremento del uso de los productos fitosanitarios en las últimas décadas han sido, por un lado, la degradación del suelo (sus propiedades físicas y químicas) así como la destrucción de la biomasa (macro y microscópica) que lo estabilizaba. Como segundo factor, estaría el deterioro del sistema de inmunidad innata que las plantas tenían para defenderse/enfrentarse a factores tanto bióticos como abióticos. Y como tercer factor, estaría la introducción de nuevas plagas y enfermedades procedentes de terceros países debido a un deficiente control por parte de nuestras administraciones, que o bien legisla de una forma muy laxa o no hacen controles suficientes.  

Se estima que cada día se detectan de media unos 10 nuevos organismos nocivos en el territorio de la UE y la previsión para los próximos años es un aumento considerable de estos sucesos. 

No cabe duda de que el desarrollo de productos fitosanitarios con métodos de acción específicos contra plagas y enfermedades supuso un cambio radical en la protección de cultivos, por su mayor eficacia (efecto de choque) con pequeñas dosis. Esta práctica provocó la aparición del fenómeno de la resistencia, es decir, la capacidad de la plaga o enfermedad de sobrevivir antes las dosis aplicadas que anteriormente eran letales para su especie. 

El desarrollo de resistencias no ocurre por igual para todas las clases de químicos, dentro de los factores de riesgo asociados al fitosanitario, está la familia química a la que pertenece la sustancia activa y su modo de acción. En los últimos años, el número de grupos químicos fitosanitarios autorizados ha sufrido un gran descenso, impidiendo rotar tratamientos con diferente modo de acción para evitar resistencias.  

Para tratar de abordar los problemas de resistencias en Europa, se creó una base de datos elaborada por la EPPO sobre casos de resistencia. En su elaboración participan 26 países de la EPPO y 17 países ingresaron casos de resistencia en la base de datos. Al 13 de febrero de 2024, se han ingresado un total de 905 casos y solo los casos de resistencia que han sido validados por el Grupo de Trabajo de Expertos (EWG) de la EPPO sobre Resistencia a los PPP se publican en la base de datos y son visibles para el público. Desde la última reunión en Atenas, en septiembre de 2023, se han publicado 255 nuevos casos.

Esta base de datos se desarrolló inicialmente como una herramienta para el Grupo de Trabajo de Expertos sobre Resistencia de la EPPO y ha evolucionado hasta convertirse en una plataforma para ayudar a los países miembros de la EPPO y a los solicitantes involucrados en el proceso de autorización de productos fitosanitarios. Desde su creación, se han validado un total de 811 casos. Esto incluye 421 casos de fungicidas (52%), 196 casos de herbicidas (24%), 155 casos de insecticidas (19%) y 39 casos de acaricidas (5%). El mayor porcentaje (32%) de los casos validados desde la creación de la base de datos provienen de Francia.  

Además de EPPO, hay dos grupos de trabajo relevantes en Europa, como FRAC que se centra en las estrategias de prevención de resistencia a fungicidas y bactericidas e IRAC que se centra en la prevención de resistencias a insecticidas, acaricidas y nematicidas.  

Dentro de todas las técnicas disponibles para evitar la aparición de resistencias, además de todas las recomendaciones de FRAC, IRAC, así como respetar las instrucciones de uso autorizadas, se debe considerar el Manejo Integrado de Plagas (MIP) como la herramienta más eficiente y respetuosa con el medio ambiente para la protección global de los cultivos. El MIP constituye un proceso dinámico que emplea un enfoque basado en sistemas ecológicos cuyo objetivo es mantener las funciones ecosistémicas y para ello, como primer paso se recomienda el uso de prácticas preventivas en los cultivos (cuidado de la salud del suelo, inmunidad innata de la planta (especies autóctonas), variedades resistentes, rotación de cultivos,…). A continuación, y de una forma precisa, suministrar al suelo y a la planta los fertilizantes y biostimulantes que mejor se adecuan al cultivo, el suelo y al resto del ecosistema.  

Si a pesar de estos esfuerzos aparecieran plagas y/o enfermedades, se recomienda en primera instancia el uso de productos de biocontrol, pudiendo incluir organismos vivos de control, extractos de plantas, microorganismos, semioquímicos, sustancias a base de ARN, entre otras opciones. Finalmente, si el control requiere la aplicación de una medicina química, se recurriría a los fitosanitarios convencionales.  

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Desde hace tiempo, existe un importante interés en la evaluación de los peligros de los coformulantes junto con las sustancias activas, debido a su impacto en el uso seguro de los productos fitosanitarios. El personal de la EFSA y de la Comisión Europea ha desarrollado varias propuestas de solución para abordar y apoyar la transparencia y la identificación, los datos y la evaluación de peligros. En esta Parte 1 se comentarán dos de los cuatro puntos debatidos. Los siguientes dos puntos se comentarán en un post posterior (Parte 2):

PUNTO 1_Información sobre la concentración y la función de los coformulantes

La primera cuestión por resolver es cómo identificar plenamente los coformulantes. Se solicitan los requisitos de datos definidos en el Reglamento (UE) nº 284/2013, la composición completa de la mezcla de coformulantes hasta el 100%, información sobre las impurezas contenidas y otros datos fisicoquímicos.

Se han propuesto acciones de seguimiento, como una lista de comprobación de datos para identificar plenamente los coformulantes, y una lista de definiciones de trabajo (glosario) para la evaluación de los productos fitosanitarios y los coformulantes. Estas acciones podrían incluirse en el Documento de orientación sobre cambios significativos y no significativos de los coformulantes (en revisión). Si esto no fuera posible, podría redactarse un documento de orientación específico para los aspectos químicos de la formulación y los coformulantes. Otra propuesta es disponer de un documento independiente para cada coformulante en lugar de un documento dRR para el producto fitosanitario (PPP).

La segunda cuestión es cómo acceder a los datos confidenciales de las composiciones. Una solución a corto plazo es que los Estados Miembros (EM) los compartan en una plataforma específica, o que los proveedores estén directamente en contacto con los EM. Una solución a largo plazo es la creación de una base de datos común de la UE.

La tercera cuestión es definir el coformulante relevante y el coformulante de preocupación que deben tenerse en cuenta para la evaluación de riesgos y supervisarlos durante el estudio de estabilidad. Podrían tenerse en cuenta las nuevas clases de peligro CLP. En este sentido, existe una propuesta de redacción de un documento de orientación con la inclusión de una lista de criterios no exhaustiva.

PUNTO 2_Evaluación del peligro de los PPP/Coformulantes

En principio, debería disponerse de los siguientes datos para evaluar la peligrosidad:

  • Genotoxicidad: el cribado de los coformulantes se realizará como se describe en el Documento de orientación sobre la relevancia de los metabolitos en los metabolitos de las aguas subterráneas, 2003.
  • Toxicidad aguda (ecotoxicidad): Para los productos fitosanitarios, se dispone de datos de toxicidad aguda (especies no vertebradas) en la mayoría de los casos pendientes de exposición. Faltan datos para las especies acuáticas cuando la aplicación no provoca una contaminación directa de las aguas superficiales. Se propone el siguiente enfoque escalonado: 1) comprobar las propiedades fisicoquímicas y los datos sobre el destino y el comportamiento en el medio ambiente de los productos fitosanitarios/coformulantes y 2) comparar la toxicidad del producto fitosanitario frente a la sustancia activa. Si el PPP es más tóxico, se debería a la toxicidad de los coformulantes (o efecto sinérgico). En el caso de una toxicidad mayor, es necesaria una evaluación de la exposición para poder evaluar el riesgo. En el caso de los coformulantes, podría utilizarse el enfoque por niveles propuesto para la sección de toxicidad en mamíferos. La exposición debe tenerse en cuenta antes de solicitar datos de toxicidad a largo plazo.
  • Toxicidad aguda (toxicidad en mamíferos): Para la mayoría de los productos fitosanitarios, se aborda la toxicidad aguda. Aunque dependiendo de la «antigüedad» de los productos, los datos pueden no estar disponibles. En el caso de los coformulantes, en la mayoría de los casos se dispone de datos de toxicidad aguda procedentes de las FDS o de otros marcos jurídicos distintos de los plaguicidas. En la actualidad, los enfoques adoptados por los Estados Miembros difieren enormemente, por lo que será necesario organizar un debate específico con expertos sobre este punto.
  • 10Toxicidad a largo plazo (toxicidad en mamíferos): sólo serán aceptables los coformulantes para los que se disponga de todo el conjunto de datos (incluida la toxicidad a largo plazo), a menos que el solicitante desee generar datos. Los coformulantes que no se consideren preocupantes y/o de los que no se necesiten algunos datos pueden incluirse en una lista positiva (basada en el parámetro) o realizar un enfoque escalonado para examinar los coformulantes críticos, tanto los que dispongan de datos como los que no.

Los datos de exención pueden considerarse válidos con una justificación caso por caso y basándose en la opinión de expertos.

Se pueden utilizar diferentes fuentes para la identificación de peligros y los datos que deben tenerse en cuenta: ECHA, EMA, EFSA, Comisión de la UE (ingredientes cosméticos, anexo III) y agencias no pertenecientes a la UE. El solicitante puede utilizar estas fuentes explicando por qué la información extraída es pertinente para la evaluación de riesgos.

Otro punto importante es cómo compartir y armonizar la información y la evaluación de los coformulantes. Existen bases de datos a nivel de los Estados Miembros, basándose en la encuesta de la UE (noviembre de 2022-enero de 2023), que recogen la composición de los coformulantes, existe la base de datos de biocidas de la ECHA sobre coformulantes y también bases de datos de fuera de la UE (por ejemplo, la EPA de EE.UU.). Como solución a largo plazo, se propone crear una base de datos armonizada de la UE a disposición de los Estados Miembros, la Comisión Europea (CE) y las agencias de la UE, con versiones públicas y confidenciales. Como solución provisional, se propone compartir las bases de datos existentes entre los Estados Miembros en CIRCABC / DMS, cuya viabilidad deberán comprobar la CE y la EFSA.

Por otro lado, la evaluación puente de los PPP, los coformulantes alternativos y la evaluación de equivalencia han sido analizadas. Las soluciones propuestas para los productos fitosanitarios consisten en redactar un documento de orientación para definir mejor los criterios (comparación de datos de toxicidad y tipo de formulación, composición y propiedades fisicoquímicas, valores de absorción cutánea, etc.). Las soluciones propuestas para los coformulantes consisten en utilizar el enfoque CLP aplicando el enfoque de lectura cruzada. En cuanto a la ecotoxicidad y la toxicidad en mamíferos, puede ser necesario establecer un puente entre los datos de los coformulantes en caso de que no haya exposición directa al producto fitosanitario, por lo que se ha propuesto la redacción de un documento de orientación.

Existe una creciente expansión de los productos más verdes en la industria cosmética debido a las nuevas demandas de los consumidores, siendo un segmento muy atractivo para muchas empresas que desean tener ingredientes y productos diferenciadores.

Hace unos años, se enfocaba solo en las formulaciones, ahora el sentido es holístico, comprendiendo el packaging, los compromisos medioambientales, ética, responsabilidad social entre otros aspectos, dando como resultado productos cosméticos más sostenibles.

En la actualidad, no existe un reglamento o norma que indique cuando se considera un producto cosmético “natural” o “ecológico”, a diferencia de los productos alimenticios que posee un Reglamento EU que especifica los requisitos y criterios para ser considerados dentro de la producción ecológica.

Ante la ausencia de normativas que regulen estos productos en términos naturales y/o ecológicos, varias empresas del sector se han agrupado para crear certificaciones para los distintos productos cosméticos y por ende, establecer parámetros de evaluación y control. Entre los principales organismos certificadores en Europa, se encuentran Ecocert y Cosmebio en Francia, BDIH y Natrue en Alemania, Demeter y Soil Association en Reino Unido. Por tanto, para obtener algunos de los sellos de cosmética ecológica o natural, las empresas deben someterse de manera voluntaria a determinadas evaluaciones y procedimientos ante las empresas certificadoras.

Entre los principales sellos que podemos encontrar en el mercado se encuentra “COSMOS”, el cual ha sido desarrollado por ECOCERT. En promedio, los productos certificados por esta norma contienen un 99 % de ingredientes de origen natural, los demás ingredientes podrían ser de una lista restrictiva de ingredientes aprobados que están autorizados en pequeñas proporciones. Se pueden identificar dos clasificaciones dentro de esta norma, primero el “COSMOS NATURAL”, que debe cumplir con un mínimo del 95 % de ingredientes naturales y el segundo “COSMOS ORGANIC”, con un 95 % de ingredientes ecológicos y un 20 % del total del producto que debe ser ecológico para poder cumplir.

Otro sello que podemos encontrar en el mercado internacional de cosméticos es el NATRUE, el cual establece un conjunto de requisitos estrictos y transparentes para productos cosméticos naturales y orgánicos. Para que un producto pueda obtener este sello, al menos el 75% de los productos de su marca o submarca debe obtener la certificación para poder utilizar el sello. NATRUE se categoriza en dos tipos de productos, los cosméticos naturales y cosméticos ecológicos, para estos últimos como mínimo el 95 % de los ingredientes han de ser ecológicos.

En España, existe una certificación denominada BioVidaSana, promovida por la Asociación Vida Sana y bio.inspecta, bajo el control de Biocertificacion S.L., pensada para pequeñas empresas y fabricantes artesanos. Esta norma posee 3 distintas categorías, que dependerá del porcentaje de ingredientes ecológicos o naturales  que posea el producto en cuestión.

Así mismo, existen otros organismos destacados en la Unión Europea que se encargan de evaluar cosméticos más verdes, entre ellos se pueden destacar el AIAB, CCPB, ICEA (Italia), ECO Garantie, Bioforum (Bélgica) y CosmeBio (Francia).

La mayoría de las normas y asociaciones se basan en fundamentos similares como pueden ser:

  • Incluir en los productos ingredientes menos nocivos para la salud humana, la salud animal y el medio ambiente.
  • Ser transparentes en el mercado, brindar veracidad en la información que se transmite a los consumidores.
  • Aumento de porcentaje de ingredientes ecológicos y armonización de listas de ingredientes prohibidos derivados de la petroquímica.
  • Búsqueda de la responsabilidad social favoreciendo el desarrollo sustentable y el bienestar animal.
  • Gestión adecuada de residuos respetuosos con el medio ambiente.
  • Envases, etiquetas, material comercial en menos cantidades y con mejor calidad, minimizando los residuos innecesarios y maximizando la cantidad que se pueda reciclar.

Desde Kaeltia Consulting, asesoramos a las empresas nacionales e internacionales en la obtención de certificaciones más verdes para los productos cosméticos, brindando apoyo en todas las fases del proceso.

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Cosméticos

CHESAR (CHEmical Safety Assessment and Reporting) Platform es una aplicación en desarrollo por la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) para ayudar a las empresas a realizar sus evaluaciones de riesgos químicos y documentarlas, sirviendo tanto al Reglamento REACH, donde ya se utilizaban versiones anteriores de CHESAR bajo este marco, como al Reglamento de Productos Biocidas, donde el uso de esta herramienta es totalmente nuevo.

La versión 1 se lanzará a mediados de 2024 (información más reciente de ECHA, CA-Dec23_Doc.7.2b).

La Plataforma CHESAR implementará los mismos principios que CHESAR, ya que el objetivo es tener una evaluación estructurada, armonizada, transparente y fácil de actualizar. La herramienta integrará completamente los modelos EUSES para la evaluación ambiental, así como los modelos ECETOC TRA para trabajadores y consumidores.

Para las sustancias REACH, la herramienta ayudará a los solicitantes de registro a realizar su evaluación completa de la seguridad química (tanto para la salud humana como para el medio ambiente) y generar sus informes de seguridad química (CSR), tal como se incorporan actualmente en CHESAR.

En el caso de los Biocidas, permitirá inicialmente la evaluación del riesgo ambiental necesaria tanto para las sustancias activas como para los productos. En el futuro se evaluará la posibilidad de ampliar la herramienta a la evaluación de riesgos para la salud humana de la sustancia activa y el producto, basándose también en la primera experiencia de uso de la herramienta y la disponibilidad de datos en formato IUCLID.

Con respecto a la evaluación del riesgo ambiental de los biocidas, el desarrollo de la herramienta responde al vacío actual en la hoja de ruta de la herramienta de evaluación del riesgo, causado por el hecho de que la última versión del software EUSES (última actualización en 2019) podría no acomodar las últimas actualizaciones en materia de escenarios de exposición y modificaciones en las evaluaciones de riesgo de biocidas según lo especificado en los Acuerdos Técnicos para Biocidas (TAB), incluidos los escenarios de emisiones recientemente desarrollados, cualquier nuevo documento de escenarios de emisiones o nueva guía de orientación.

La intención es que la plataforma CHESAR reutilice automáticamente los datos sobre las propiedades de las sustancias (si están disponibles) de IUCLID y los utilice como valores de entrada para la evaluación de riesgos. Una vez finalizada la evaluación, el usuario podría generar (parte de) el borrador del informe de evaluación directamente desde la plataforma CHESAR.

Fases del proceso y tiempos previstos

  • Fase previa a la implementación – cambios científicos: finalizada
  • Fase de implementación: en curso (casi 300 escenarios de emisiones ambientales se están implementando gradualmente en la Plataforma CHESAR)
  • Fase de pruebas internas y externas: en preparación
  • Fase de lanzamiento: en preparación: la versión 1 de la plataforma Chesar se lanzará a mediados de 2024 en los servicios en la nube de la ECHA y, poco después, como aplicación de escritorio.

Está previsto que la herramienta se actualice periódicamente (1 o 2 veces al año) para dar cabida a los nuevos avances en los frentes de evaluación de exposición y evaluación de riesgos en biocidas en particular, y cuando sea relevante, también en REACH.

Las sustancias activas biocidas con acción rodenticida (TP14) anticoagulante como son brodifacoum, bromadiolona, clorofacinona, cumatetralil, difenacum, difetialona y flocoumafeno están actualmente bajo proceso de renovación tras presentarse las correspondientes solicitudes a la ECHA. Las autoridades competentes de Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Noruega y Países Bajos evalúan las solicitudes en calidad de autoridades competentes evaluadoras.

Puesto que, dados los tiempos de evaluación de las renovaciones, es probable que las aprobaciones expirarían antes de que se hayan tomado decisiones sobre sus renovaciones (30 de junio de 2024), procede retrasar la fecha de expiración de las aprobaciones el tiempo suficiente para que puedan examinarse las solicitudes. Por tanto, el 27 de febrero de 2024, la Comisión Europea publicó la Decisión de Ejecución (UE) 2024/734 de la Comisión por la que se retrasa la fecha de expiración de la aprobación de todas estas sustancias activas (s.a.) hasta el 31 de diciembre de 2026.

Ya en octubre de 2023, la ECHA informó a la Comisión de que las autoridades competentes evaluadoras tienen intención de presentar a la ECHA sus informes de evaluación y las conclusiones de sus evaluaciones en el tercer trimestre de 2024, momento en el que ya se podría tener una idea de las conclusiones preliminares, sobre las que informaremos en su momento.

De conformidad con el BPR, la aprobación de estas s.a. solo puede renovarse si siguen cumpliendo las condiciones establecidas en el Reglamento BPR así como las condiciones de excepción. Se debe tener en cuenta en esta evaluación los criterios de exclusión establecidos actualmente de acuerdo al Reglamento BPR sobre cada una de estas s.a.:

El marco regulatorio de la Unión Europea exige una evaluación exhaustiva para garantizar que los productos biocidas que contienen estas s.a. no presenten riesgos inaceptables para los humanos o el medio ambiente, equilibrando los beneficios del control de roedores con posibles preocupaciones de seguridad. Por lo que estas s.a. están sometidas a un riguroso escrutinio para confirmar su seguridad y compatibilidad ambiental. De forma que el retraso hasta finales de 2026 permite a todas las partes involucradas (ECHA, estados miembros y solicitantes de productos) tiempo suficiente para evaluar estas sustancias.

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Los días 13, 14 y 15 de marzo tuvo lugar en Sevilla el 17º Symposium de Sanidad Vegetal, donde se comentó entre otros, los siguientes temas de la Sanidad Vegetal dentro del ámbito regulatorio, europeo y nacional, por representantes de nuestras Autoridades y de la Industria:

  • Dr. Tomás García, científico del IEGD-CSIC y del CEIGRAM, resaltó la importancia del concepto “Una Sola Salud” (“One Health”) pues no se debe despreciar el hecho de que la salud humana, vegetal, animal y medioambiental están interconectadas y se ven afectadas por la globalización, el turismo, las nuevas plagas y enfermedades, entre otros factores. Así mismo, consideró que la legislación que afecta a los productos para el control de plagas y enfermedades deben estar sujetos a acciones proporcionadas al riesgo, pues el principio de precaución se utiliza en ocasiones de forma desproporcionada y sin evidencias que avalen ciertas medidas. Finalmente, concluyó que la transición hacia la agroecología únicamente podrá tener lugar con la implicación de todos los actores de la cadena de suministro.
  • Richard Ramón, representante de la Comisión Europea, centró su presentación en la seguridad alimentaria y su sostenibilidad, resaltando 14 megatendencias globales, como las fuerzas que a la larga van a provocar el cambio, entre las que podemos mencionar el cambio climático, la degradación del medio ambiente, la limitación de recursos, el incremento del consumo, entre otros. Planteó la pregunta sobre cómo vamos a incrementar una producción agrícola y que sea sostenible y nos refirió al modelo canadiense que ha centrado sus esfuerzos en la agricultura de precisión, la biotecnología y la digitalización, sin duda, un modelo que merece la pena incorporar a nuestras prácticas agrícolas. Resaltó a su vez la creación de un Observatorio de las necesidades del sector primario para afrontar los cambios que sean necesarios para evitar las prácticas injustas que perjudican al sector.
  • Valentín Almansa, Dir. Gral. Sanidad de la Producción Agraria, comenzó su intervención con la noticia sobre la cancelación de la nueva propuesta europea de uso sostenible de productos fitosanitarios, una decisión muy cercana a la votación del nuevo parlamento europeo y siguió su presentación con los resultados obtenidos tras 2 años de análisis de los datos de venta de productos fitosanitarios en España (convencionales y biocontrol). Destacó que la mayor venta, que podríamos asemejar a uso (no hay datos de uso, solo de compras/ventas), corresponde a los fungicidas y los acaricidas, en menor medida herbicidas e insecticidas y que este patrón se repiten en las distintas CCAA.
  • Emilio Rodríguez, representante de la Comisión EU (JRC), comentó la relevancia de, en un contexto de nuevas plagas y enfermedades emergentes, cada vez tenemos menos productos para su control, por lo que pone el foco en el esfuerzo por lograr variedades vegetales con una resistencia duradera a estas plagas y enfermedades. Para ello centró su presentación en las técnicas que se están trabajando como la cisgénesis y la mutagénesis dirigida (CRISPR entre otras). Destacó los pros y contras de la modificación de genes en especies vegetales, como el menor uso de productos fitosanitarios al ser variedades más resistentes, pero con una reducción del rendimiento del cultivo que están trabajando para poder mejorarla.
  • Dr. José Luis Alonso, representante del INIA-CSIC, centró su presentación en el control integrado de plagas como la mejor estrategia de control de plagas y enfermedades, donde todos los tipos de productos/estrategias de control tienen cabida, empezando siempre por la prevención con prácticas adecuadas, seguida de productos de origen más natural y en última instancia, aplicar medidas de control químico cuando las terapias anteriores no hayan sido efectivas. Respecto a futuros cambios legislativos, informó que se está trabajando en un procedimiento acelerado para productos más naturales, algo demandado desde hace años desde el sector de Biocontrol. También se están centrando los esfuerzos en la definición de los Biopesticidas para que, en toda Europa se haga referencia al mismo tipo de productos cuando se utilice este término, así como ampliar el tiempo de aprobación de sustancias activas de bajo riesgo para reducir la burocracia a nivel de las administraciones. Nuevas guías serán publicadas por la Comisión EU sobre consorcios microbianos, productos a base de RNA, extractos vegetales, estándares de EPPO sobre evaluaciones de riesgos de bajo riesgo. Por su parte, la EFSA está trabajando en una nueva guía para seleccionar sustancias activas de bajo riesgos desde fases iniciales, no como ahora que se concluye durante el proceso.
  • Jacobo Herrero, representante de IBMA España, explicó a los asistentes la propuesta que la Asociación planteará a la nueva Comisión Europa tras la cancelación de la nueva propuesta de uso sostenible donde solicitan: una definición clara de Biocontrol, un grupo de trabajo para evaluar estas solicitudes de Biocontrol, eliminar la necesidad de renovar este tipo de productos, que se concedan autorizaciones provisionales, que la extensión de usos sea más ágil y que se cree un grupo permanente de expertos en evaluación.
  • Camino García, presidenta de AEFA, por su parte, pretender llevar a la nueva Comisión Europa una propuesta simple, directa y práctica que permita dar encaje a los productos de Biocontrol a nivel europeo con más agilidad, quieren que se agilice al igual que los anteriores ponentes, la aprobación de sustancias activas de Biocontrol y de bajo riesgo, además los reconocimientos mutuos y el comercio paralelo y al igual que IBMA, solicitan una única entidad europea que evalúe este tipo de productos. Puesto que una modificación del Reglamento actual de fitosanitarios no es posible, proponen una nueva legislación solo para los productos de bajo riesgo.
  • Mª Victoria de la Haza, representante de AEPLA, centró su presentación en algunas de las técnicas y medidas que tenemos a nuestra disposición para reducir y/o mitigar los riesgos de los productos que puedan tener cierta toxicidad para el ser humano. Resaltó la importancia del proyecto MAgPIE iniciado en Florida en 2013 así como el reciente borrador (marzo 2024) del Compendio europeo para reducir la exposición y el riesgo durante el uso de productos fitosanitarios y que, además se espera a futuro una guía de EFSA también en este sentido.

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Kaeltia Consulting ofrece una visión de los proyectos pesticidas Safer Choice and Design for the Environment (DfE)

Los esfuerzos de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) por tener en cuenta los efectos de las sustancias químicas en la salud humana y el medio ambiente vienen de lejos.

Si nos remontamos a 1990, podemos fijarnos en la innovadora iniciativa no reglamentaria denominada «Design for the Environment (DfE)» que la EPA puso en marcha para animar a las empresas a considerar el impacto y el rendimiento de los productos.

A lo largo de los años, la EPA ha trabajado para lograr estos fines a través del programa DfE, desarrollando un programa de certificación basado en normas de seguridad química, en colaboración con grupos asociados miembros de la industria, universidades y otras partes relevantes, para encontrar soluciones sostenibles y ofrecer a los consumidores una mejor elección en sus decisiones de compra relacionadas con el medio ambiente y la salud.

En 2015, una nueva etiqueta denominada «Safer Choice label» sustituyó a la etiqueta de producto DfE, adoptando un diseño actualizado para ayudar a las partes interesadas y a los consumidores a identificar fácilmente los productos que se han ganado la etiqueta. No obstante, los productos antimicrobianos, como los desinfectantes e higienizantes, siguen utilizando la certificación DfE, que se actualizó en 2022.

Acerca de la etiqueta Safer Choice, ¿qué deben tener en cuenta las empresas para obtenerla?

Según datos de la EPA, unos 1.900 productos cumplen actualmente los requisitos para obtener la etiqueta Safer Choice. En los últimos años, la Agencia ha invertido importantes recursos en definir los mejores estándares de Safer Choice para garantizar un comportamiento adecuado de los productos. Obtener la etiqueta Safer Choice significa que las empresas están liderando el camino hacia productos más seguros y sostenibles, y también permite a los formuladores utilizar ingredientes de baja peligrosidad sin dejar de producir productos de alto rendimiento.

El programa también examina los efectos de los productos en relación con sus propiedades fisicoquímicas, toxicológicas y su persistencia en el medio ambiente.

Esta etiqueta no es sólo para fabricantes, también puede utilizarse en empresas, edificios de oficinas, instalaciones deportivas, hoteles, escuelas y otras instalaciones institucionales.

Logotipo del Diseño para el Medio Ambiente (DfE), ¿cuáles fueron los planteamientos en 2023?

En mayo de 2022, la EPA lanzó un nuevo diseño para el logotipo DfE que se aplica únicamente a los productos antimicrobianos como desinfectantes e higienizantes. Los criterios que deben cumplir estos productos se establecen en la Ley Federal de Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas (FIFRA) y otros requisitos estrictos.
Los requisitos establecidos en esta certificación para los productos antimicrobianos tienen como objetivo reducir cualquier posible peligro para la salud humana, proteger la vida acuática, minimizar la contaminación del aire, el agua y el suelo, y garantizar la eficacia y el rendimiento de los productos.

Sobre nosotros, ¿cómo puede Kaeltia Consulting ayudar a las empresas?

Kaeltia Consulting proporciona apoyo especializado en asuntos científicos y regulatorios para satisfacer las necesidades de cumplimiento regulatorio de las empresas interesadas en estas certificaciones, cumpliendo con los criterios establecidos por las Agencias y los nuevos marcos regulatorios. Kaeltia Consulting cuenta con una amplia experiencia de más de 10 años en el sector apoyando a clientes de todo el mundo a comercializar sus productos bajo regulaciones específicas.
Para obtener más información sobre nuestros servicios, visita nuestro sitio web o ponte en contacto con nosotros en info@kaeltia.com. Estaremos encantados de ayudarte.

En diciembre de 2019, la Comisión publicó su Green Deal europeo, anunciando una estrategia de productos químicos para la sostenibilidad en la que analizaron cómo simplificar y fortalecer el marco legal y revisar cómo utilizar mejor las agencias y los organismos científicos de la UE para avanzar hacia «Una sustancia – Una evaluación».

En la actualidad, la evaluación y gestión de los riesgos de una misma sustancia química se lleva a cabo en momentos distintos, para usos distintos, por organismos distintos, con arreglo a legislaciones distintas, utilizando a menudo datos distintos y pudiendo dar lugar a resultados aparentemente diferentes.

La iniciativa «Una sustancia, Una evaluación» se anunció en la Estrategia Química para la Sostenibilidad en octubre de 2020, y la Comisión Europea presentó el 7 de diciembre de 2023 su paquete legislativo «Una sustancia, Una evaluación».

La Comisión adopta tres propuestas legislativas para:

  • racionalizar las evaluaciones de sustancias químicas en la UE mediante la consolidación del trabajo científico y técnico sobre sustancias químicas en la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA)
  • reforzar la base de conocimientos sobre sustancias químicas
  • y garantizar la detección precoz y la actuación ante riesgos químicos emergentes

En el marco de este paquete «Una sustancia, Una evaluación», uno de los principales resultados de la Estrategia de Sostenibilidad de las Sustancias Químicas, se reasignarán importantes tareas entre cuatro agencias de la UE, lo que garantizará evaluaciones coherentes y transparentes de la seguridad de las sustancias químicas utilizadas en productos tales como productos sanitarios, juguetes, alimentos, plaguicidas y biocidas.

Los ciudadanos, las empresas y las autoridades se beneficiarán de un acceso simplificado y transparente a la información sobre sustancias químicas, de procesos más armonizados y previsibles en toda la legislación y de una mayor certidumbre de las evaluaciones. Las nuevas medidas acortarán la distancia entre la identificación de un posible riesgo y la necesaria acción reguladora. En última instancia, estas medidas permitirán proteger mejor y más rápidamente la salud de las personas y el medio ambiente.

[Fuente: Comisión Europea]

Próximos pasos

Los próximos pasos incluirán el examen de estas propuestas por el Parlamento Europeo y el Consejo, y se encuentran en el procedimiento legislativo ordinario.

Para más información sobre la estrategia de la UE sobre sustancias químicas para la sostenibilidad: Una sustancia – Una evaluación, no dude en ponerse en contacto con uno de nuestros asesores o visite nuestro sitio web a través del siguiente enlace: CONTACTA CON KAELTIA

¿Cómo saber si tu producto merece entrar en el mercado de la UE?

Durante los últimos años, la demanda de productos y servicios ha aumentado, y en la industria de fertilizantes no ha sido la excepción. En vista de este incremento, ha existido la necesidad de implementar distintas prácticas de producción sostenible para evitar daños a nivel medioambiental, haciendo un uso eficiente de recursos no renovables y generando responsabilidad sobre la liberación de emisiones a la atmosfera.

En este contexto, una evaluación de los impactos ambientales relacionados con los productos bioestimulantes, podría ser un enfoque muy beneficioso a las empresas para determinar el desempeño ambiental en un amplio espectro de bioproductos. Una de las metodologías más empleada y con mayor base científica es el Análisis de Ciclo de Vida, la cual proporciona un marco claro desde “la cuna a la tumba” para cuantificar los impactos y ayudar a alcanzar objetivos dentro de la economía circular.

Muchas empresas que producen bioestimulantes se apoyan en este ACV para apoyar a la transición de la cadena de valor a un enfoque más sostenible. Desde Kaeltia Consulting, tomamos en cuenta todas las variables, analizando el proceso productivo e identificando soluciones viables para disminuir el impacto ambiental. Trabajamos de la mano con nuestros clientes dando diagnósticos personalizados y entramos en detalle al estudio, enfocándonos en el alcance y los límites del estudio.

Existen varios parámetros a valorar dentro de los productos fertilizantes, especialmente los bioestimulantes, dentro del ACV, como pueden ser la recuperación de nutrientes, evaluación de tecnologías de compostaje, materias primas procedentes de bioresiduos agrícolas, entre otras, describiendo posibles impactos ambientales desde un enfoque prospectivo e identificando cambios que tendrán grandes repercusiones en el producto final y brindando ventajas dentro del mercado global.

Existe una tendencia en el mercado por productos más sostenibles y con menor huella de carbono, podemos verlo en las elecciones diarias de los clientes que solicitan productos más respetuosos con el medio ambiente, y de las empresas que optan por estas herramientas para formular productos a partir de diferentes materias primas como algas o microorganismos, dando como prioridad una mejora medioambiental, aportaciones significativas al suelo y un cuidado óptimo de la salud de las plantas.
Para más información sobre nuestros servicios de Análisis de Ciclo de Vida y Huella de Carbono, no dudes en contactar con alguno de nuestros asesores o ingresar en nuestra página web a través del siguiente enlace:

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