El reglamento REACH es una normativa de la UE que tiene el objetivo de proteger la salud humana y del medioambiente frente a los riesgos que se derivan de las sustancias químicas, al mismo tiempo que promueve nuevos métodos de testado e investigación de estas sustancias para reducir los ensayos con animales. No olvidemos que durante su fabricación y uso, las sustancias químicas pueden afectar gravemente a la salud del ser humano y de los ecosistemas, por lo que la normativa REACH busca precisamente establecer todas las medidas y controles necesarios para evitar esos riesgos.

Las empresas que comercialicen sustancias químicas o naturales modificadas dentro de la UE están obligadas a cumplir el reglamento REACH, debiendo identificar los peligros de estas sustancias y todas sus propiedades, así como establecer cuál es la forma más segura de utilizarlas. Para poder vender sustancias químicas, estas empresas deben por tanto obtener un certificado REACH, para lo cual muchas recurren al asesoramiento experto que presta el servicio regulatory de Kaeltia. Pero veamos más en detalle qué es el REACH, y por qué es tan importante.

¿Qué es o qué significa Reglamento REACH?

REACH son las siglas en inglés de Registration, Evaluation, Authorisation and restriction of CHemicals (Registro, Evaluación, Autorización y restricción de Sustancias Químicas). Cuando hablamos de Reglamento REACH nos referimos al Reglamento CE 1907/2006, que entró en vigor el 1 de junio de 2007 y cuyo objetivo es proteger la salud humana y medioambiental frente a los riesgos de las sustancias químicas.

¿Qué especifica la normativa REACH?

La normativa REACH especifica que las empresas deben identificar las propiedades y los riesgos asociados a las sustancias químicas que fabrican y venden en territorio de la UE, informando de cómo usarlas de manera segura. Para ello, el reglamento REACH fija una serie de obligaciones para estas compañías, como por ejemplo la necesidad de obtener un nº de registro REACH, o de notificar las sustancias químicas en los productos comercializados.

No obstante, el texto del reglamento REACH consolidado señala que no todas las empresas están sujetas a las mismas obligaciones con respecto a normativa, sino que ello dependerá de qué papel juegue la compañía en cuestión en la comercialización de esa sustancia química.

¿Quiénes están obligados a cumplir con la normativa REACH?

El REACH es un reglamento transversal que, con distinto grado de implicación, obliga a la mayoría de empresas, incluso aquellas que puedan a priori parecer ajenas a la industria química. Dependiendo del tipo de actividad que desarrolle cada empresa dentro del proceso de producción y/o distribución de las sustancias químicas, el reglamento REACH establece los siguientes tipos de empresas:

  • Fabricantes: las empresas afincadas en la UE que fabrican sustancias químicas, ya sea para uso propio o para vender o exportar. Son probablemente las que más obligaciones tienen según REACH.
  • Importadores: son las empresas europeas que introducen en su territorio productos químicos comprados fuera de la UE o del EEE; se incluyen no sólo sustancias químicas o mezclas, sino también productos ya acabados como ropa, dispositivos, productos de plástico…
  • Usuarios intermedios: se refiere a empresas de la UE que utilizan o manipulan productos químicos.
  • Distribuidores: empresas europeas que no utilizan productos químicos, pero que sí se encargan de su almacenamiento, distribución y/o comercialización a terceros.
  • Productores: se refiere a empresas europeas que producen o fabrican artículos en la UE que pueden contener sustancias químicas.
  • Representantes: son empresas de la UE a las que empresas de fuera del territorio de la Unión Europea encargan de forma exclusiva las gestiones para cumplir con los requisitos que el REACH exige a los importadores.

En el caso de las empresas cuya sede esté fuera de la UE, no están obligadas a cumplir el reglamento REACH, tampoco si exportan sus productos a territorio de la Unión; en este caso, las obligaciones derivadas del REACH recaen en las empresas con sede en la UE que importan dichos productos, o en los representantes exclusivos que esas empresas no de la UE establezcan.

¿Cómo se aplica esta normativa?

La ECHA (European Chemicals Agency, o Agencia de Sustancias Químicas Europeas), creada en el año 2007 y cuya sede se encuentra en Helsinki, es la entidad que se encarga de aplicar la legislación REACH, ayudando a las empresas a cumplir la normativa; para ello les proporciona todo tipo de información sobre sustancias químicas y a su vez gestiona los informes que recibe de las compañías sobre estas sustancias. Pero la ECHA no tiene capacidad de imponer la normativa REACH, sino que este rol lo asumen las autoridades competentes de cada país de la UE.

El reglamento REACH impone la realización y presentación de una serie de ensayos de laboratorio a las compañías; esto en la práctica significa que son las empresas las que deben identificar los riesgos que tienen las sustancias químicas que fabrican y/o comercializan en territorio europeo, demostrar a la ECHA que se pueden emplear de forma segura, e informar a los usuarios de cómo evitar esos riesgos. Es aquí donde interviene Kaeltia, ayudando a las empresas a interpretar qué secciones del reglamento es el que deben aplicar, qué información necesitan recopilar, qué informes deben emitir, y finalmente a presentar toda la documentación ante el organismo competente, acompañándolas con un seguimiento hasta que obtienen el certificado, si procede.

Un comité científico de la ECHA estudiará la solicitud, y si considera que los riesgos asociados a esa sustancia química no pueden gestionarse de manera adecuada, pueden aplicar una serie de restricciones a su uso, o incluso prohibirlas totalmente. La aplicación de la norma REACH apuesta también por la sustitución progresiva de aquellas sustancias más peligrosas por otras con menos riesgos.

¿Qué sustancias están incluidas bajo el reglamento REACH?

REACH no sólo se aplica a las sustancias químicas empleadas en procesos industriales, sino también las de uso común en los hogares de los ciudadanos, desde productos de limpieza y pinturas, hasta ropa o dispositivos electrónicos. Por eso es que, a efectos prácticos, esta normativa afecta a la mayoría de empresas que operan en la Unión Europea.

En principio REACH afecta a cualquier sustancia química que se importe o fabrique en la UE, ya esté mezclada o contenida de alguna forma en productos y artículos, salvo las excepciones fijadas en el Art. 2 del Reglamento REACH (sustancias radiactivas, sustancias transportadas, residuos…). La lista completa de sustancias sometidas a proceso de autorización está en el Anexo XIV del REACH; dicha lista puede además ampliarse cuando sea necesario con nuevas sustancias químicas: así ocurrió con la última actualización del reglamento REACH en 2022, por ejemplo.

El Anexo IV del REACH, también llamado lista de candidatos para sustancias extremadamente preocupantes (SVHC), incluye desde las CMR (sustancias químicas que pueden causar cáncer, mutaciones genéticas, y defectos reproductivos o congénitos), hasta ftalatos, uno de los plastificantes más comunes del mundo y que es un disruptor endocrino.

Dentro de las novedades reciente del REACH está la nueva legislación aplicable a los productos de fertilización (fertilizantes), donde de acuerdo al Reglamento europeo de Productos de Fertilización, Reglamento 2019/1009 (FPR) que regula la comercialización de los productos fertilizantes UE y que, tras su entrada en vigor, ha modificado los requisitos del reglamento REACH que hasta ahora eran de aplicación en Europa. Únicamente si el producto fertilizante se comercializa bajo el nuevo Reglamento FPR, se le aplicarán estos nuevos requisitos REACH, a los que se les conoce como REACH+ (REACHplus). El FPR establece que todas las sustancias que componen un producto fertilizante UE deben estar registradas bajo REACH gracias a un expediente que contenga, como mínimo: a) los requisitos de información descritos en REACH para la banda de tonelaje de >10 T/año (tonelaje obligatorio como mínimo, requisitos más restrictivos que un tonelaje inferior), y b) un informe sobre la seguridad química, donde se evalúe el uso de la sustancia como fertilizante. Si el producto fertilizante se comercializa sin marcado CE no se considera un producto fertilizante UE y se aplican los requisitos REACH habituales, es decir, se presentará el expediente REACH para su registro que se corresponda al rango de tonelaje que se estén fabricando o importando.

¿Qué es el reglamento CLP?

Si REACH se encarga de evaluar, autorizar y en su caso restringir los productos químicos usados en la UE, el reglamento CLP es el encargado de la clasificación, etiquetado y envasado de sustancias químicas y sus mezclas. En resumen, el CLP busca identificar mediante el etiquetado las propiedades y potenciales peligros de cada sustancia química y las mezclas, estableciendo también normas respecto a su envasado.

Al igual que hace el REACH, el CLP también impone una serie de obligaciones a las empresas en función de cuál sea su rol en la cadena de suministro de los productos. Ambas normativas son, por tanto, clave dentro del entramado legislativo de la Unión Europea para evaluar y gestionar los productos químicos y sus riesgos.

En definitiva, toda la normativa REACH tiene una importancia clave para garantizar la protección de la salud de las personas y la protección del medioambiente en la Unión Europea frente a los elevados riesgos potenciales que representan las sustancias químicas que producen y comercializan las empresas, por lo que es vital que todos los que intervienen en la cadena de producción y distribución de productos que usan estas sustancias conozcan y respeten el REACH.

Precisamente para garantizar el cumplimiento de la normativa, Kaeltia Consulting se encarga de asesorar y apoyar a fabricantes, distribuidores e importadores de todo tipo de sustancias químicas y naturales, ofreciendo servicios como:

  • revisión y elaboración de Fichas de Datos de Seguridad (FDS)
  • revisión de etiquetado y adaptación al país de exportación
  • revisión y elaboración de CLP de sustancias químicas
  • elaboración, envío y seguimiento de expedientes de certificación REACH

En Kaeltia apostamos por la calidad y la eficiencia con nuestros clientes, ofreciendo un servicio profesional y flexible, que se adapta a las necesidades de cada cliente. Si tú también necesitas aplicar el reglamento REACH, o no tienes claro si tu empresa está obligada a cumplir con esta normativa, o cómo debe hacerlo… no lo dudes: ponte en manos de los mejores.

Gracias a la concienciación ambiental, cada vez más consumidores y empresas tienen en cuenta sus decisiones y el impacto que pueden generar sobre el medioambiente. Hoy en día, es muy común escuchar términos como “sostenibilidad”, “economía circular” o “productos sostenibles”. Estos conceptos ecofriendly están íntimamente conectados, pero solo este tipo de productos pone en práctica ese compromiso ambiental. A continuación, te explicamos en detalle qué son los productos sostenibles y cuáles ayudan a cuidar el medioambiente.

¿Qué es un producto sostenible?

Los productos sostenibles son aquellos que se elaboran respetando el medioambiente y teniendo en cuenta su huella ecológica. Se fabrican a través de procesos limpios no contaminantes, optimizando los recursos empleados o usando energías renovables. Por tanto, gracias a este enfoque práctico, los productos pueden perdurar en el tiempo sin perjudicar el futuro de las siguientes generaciones.

Más que una ‘moda’ pasajera, este tipo de productos duraderos y amigables con el medioambiente representan un cambio de paradigma tanto en nuestra forma de producir como de consumir productos. La sostenibilidad nos hace tomar conciencia de la necesidad de alterar muchos de los hábitos perjudiciales que tenemos interiorizados. De hecho, lograr un estilo de vida más ecofriendly no implica un gran sacrificio; con tan solo adoptar una mentalidad más sostenible, ya estaremos respetando y protegiendo a nuestro entorno. Así que a continuación vamos a mostrar cuatro productos con diseños sostenibles que invitan a apostar por un mundo más verde.

Ejemplos de productos con diseños sostenibles que debes conocer

El packaging sostenible esta pensado para proteger el medio ambiente de los residuos que generamos con los envases. Esta metodología se basa en la economía circular, la cual implica reducir, reciclar y reutilizar materias primas todas las veces posible. Por eso, a continuación proponemos cuatro ejemplos de diseños sostenibles a tener en cuenta para distintos tipos de negocio.

Embalajes ecológicos para cosmética

El sector de la belleza es responsable de una gran cantidad de desperdicio y consumo de plásticos y otros materiales, especialmente en sus envases de cremas, champús y maquillaje. Por lo tanto, es crucial considerar el uso de materiales sostenibles al diseñar el packaging de estos productos. Una recomendación es reemplazar los envases de plástico por envases de vidrio (si es posible retornable) y utilizar embalajes de material sostenible, entre otras medidas.

Packaging sostenible en alimentación

El uso de packaging sostenible en el sector de la alimentación, especialmente en los envases de comida para llevar y los productos adquiridos en supermercados, desempeña un papel crucial en la preservación de nuestra salud y del medio ambiente. Al reemplazar el plástico por materiales biodegradables, se logra reducir al mínimo los efectos negativos derivados de la generación y gestión de residuos así como la ingesta de microplásticos, un tema sanitario de creciente preocupación en la salud humana. Además, esta práctica está alineada con los principios de la economía circular contemplados en nuestra legislación, como la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que transpone a nuestro ordenamiento jurídico lo previsto en la Directiva de la Unión Europea.

Cubiertos reutilizables

En el mercado actual existen diversas opciones de cubiertos reutilizables que son respetuosas con el medio ambiente y evitan el uso del plástico de un solo uso. Una vez más, es conveniente adaptar nuestros negocios a la normativa vigente, además de desalentar el uso innecesario de plástico. Una gran opción, como ejemplo de productos sostenibles, son los cubiertos biodegradables capaz de desintegrarse fácilmente en el medio ambiente sin generar inconvenientes futuros. Estos cubiertos se destacan por ser económicos y a la vez que innovadores.

Diseño de envoltorios multiusos

El diseño de envoltorios multiusos busca maximizar la utilidad de los materiales utilizados en el embalaje de productos. Consiste en diseñar el envoltorio de manera que pueda tener una segunda función o ser reutilizado después de su finalidad inicial. Por ejemplo, un envoltorio para doble uso podría ser una bolsa de tela que además de proteger el producto principal durante su transporte, pueda ser utilizada posteriormente como una bolsa de compras reutilizable.

Beneficios para el planeta: ventajas de comprar y producir productos sostenibles

Ahora que tenemos en mente algunos ejemplos de los productos sostenibles, vamos a analizar los beneficios que supone el consumo y producción de los mismos:

  • Son desechables y no contienen toxinas ni químicos que sean nocivos para el entorno. Al ser productos biodegradables, se descomponen fácilmente en la naturaleza, al contrario que los productos basados en plástico.
  • Reducen la huella de carbono gracias a sus procesos limpios y no contaminantes.
  • Se optimizan los recursos y la energía empleados para producirlos. De esta manera, se ayuda a reducir el consumo abusivo de materias primas.
  • Son versátiles y se pueden reutilizar y reciclar, lo que permite aumentar la vida útil de los productos y reducir en el uso de nuevos materiales contaminantes.

En resumen, adoptar un estilo de vida que respete el medio ambiente a través del consumo de productos más sostenibles conlleva múltiples ventajas para nuestro entorno. Además, desde un punto de vista corporativo, las empresas que contaminan o no respetan el medio ambiente generan una imagen negativa. A continuación, explicamos la importancia de la responsabilidad social corporativa.

La sostenibilidad como ventaja competitiva: ¿Por qué apostar por una marca sostenible?

Actualmente, la implementación de prácticas sostenibles en una empresa genera múltiples beneficios que son altamente valorados por los consumidores. Por esta razón, si desarrollamos una sostenibilidad corporativa sólida, generaremos confianza y una buena imagen de marca, además de aportar valor a la sociedad. Además de algunas prácticas sostenibles fácilmente incorporables en una empresa, también existen otras ventajas de las que tu negocio podría beneficiarse:

  • Reducción de costes: implementar acciones como reducir el gasto energético, el consumo de papel o la producción de residuos, entre otros, conlleva una reducción de gastos.
  • Captación de clientes: existe una creciente preferencia por proyectos comprometidos con el medioambiente, como es la fabricación de productos sostenibles. La conciencia ecológica influye en las decisiones de compra de muchos consumidores, quienes valoran los negocios no solo por lo que hacen u ofrecen, sino también por lo que representan.
  • Beneficios fiscales: en la legislación actual, se promueve el desarrollo de prácticas sostenibles mediante incentivos que benefician a las empresas que cumplen con los objetivos de sostenibilidad empresarial.
  • Futuro a largo plazo: una marca que se compromete con la sostenibilidad en su entorno asegura de manera más sólida su proyección a largo plazo. Esto fortalece su posicionamiento en el mercado y aumenta su capacidad de adaptación al cambio.

Paso a paso hacia la sostenibilidad: ¿Cómo crear una marca comprometida con el medio ambiente?

Según datos del estudio internacional Green Response Report 2021, España es uno de los países más concienciados con la importancia de implementar prácticas sostenibles que reduzcan el calentamiento global. Esto es solo una muestra de cómo la optimización de recursos sostenibles y la conciencia de la economía circular no solo benefician al planeta, sino también a tu negocio.

Por eso, en Kaeltia apostamos por la sostenibilidad de los productos y por crear empresas más verdes. Con un equipo altamente cualificado, nuestro objetivo es asesorar empresas que pretenden realizar mejoras en sus productos y/o servicios mediante el ecodiseño y adaptarse a legislaciones a través de la economía circular, todo ello desde un punto de vista holístico e integrador. ¡Apuesta por un futuro más verde con nosotros!

Si te preocupa el medioambiente, seguramente te hayas preguntado qué es la economía circular de la que tanto se habla. Se calcula que cada habitante de España genera cerca de media tonelada de residuos al año: se trata de uno de los impactos más destacados del modelo de economía lineal en el que estamos inmersos, y que tiene un alto impacto en nuestro planeta, generando altas tasas de contaminación y de consumo de recursos no renovables.

Ante esta situación, es imperante implantar modelos de producción y consumo más sostenibles para el medioambiente, y aquí es donde entra en juego este nuevo modelo de economía; pero, ¿qué es y cuáles son los principios de la economía circular? Vamos a explicarte a continuación qué es la economía circular, cómo funciona la economía circular, y por qué es tan importante para nuestro futuro.

Economía circular: definición

Podemos definir la economía circular como un nuevo modelo económico de producción y consumo que apuesta por un crecimiento sostenible, promoviendo la optimización de recursos y un menor consumo de materias primas, y maximizando el aprovechamiento de los residuos para extender su vida útil y darles un valor añadido.

La economía circular busca por tanto “imitar” los procesos que ocurren en la naturaleza, en la que todo -absolutamente todo- se aprovecha y no existe el concepto “basura”, sino que todo residuo o desecho se integra de nuevo en el sistema. De esta forma, se evita el sistema lineal de la economía actual, que se basa en el “usar y tirar”, y se apuesta por prevenir la generación de residuos, reutilizar en la medida de lo posible, y reciclar al final de la vida útil del producto, siempre como paso último de todo el proceso.

¿Cuáles son las 7 R de la economía circular?

Aquellos que ya saben algo sobre qué es la economía circular, seguro que han oído hablar de las famosas 3 R (Reducir, Reutilizar y Reciclar). En los últimos años, estos principios se han ido complementando con otros conceptos igualmente útiles: ¿por qué no hacer los productos más duraderos desde el principio? ¿Por qué no repararlos en lugar de tirarlos? Esto es de lo que tratan precisamente las 7 R de la economía circular:

  1. Rediseñar: se trata de hacer productos pensando en el medioambiente y en la sostenibilidad, a partir del ecodiseño.
  2. Reducir: hay que buscar no sólo reducir lo que consumimos, sino también los residuos que generamos, para prevenir el daño al planeta.
  3. Reutilizar: podemos alargar la vida útil de los productos, dándoles un nuevo uso o, por ejemplo, vendiéndolos de segunda mano.
  4. Reparar: cuando un producto se estropea, pensamos rápidamente en comprar uno nuevo. ¿Has pensado cómo afecta eso al planeta?
  5. Renovar: en lugar de desechar un producto o un objeto anticuado, podemos pensar en actualizarlo o renovarlo para que sea otra vez útil.
  6. Recuperar: se busca recoger productos o materiales que hayan sido desechados, para intentar reintroducirlos en la cadena productiva.
  7. Reciclar: cuando ya no es posible seguir usándolos, podemos recoger productos y materias primas para generar otros nuevos. ¡Recuerda, es la última opción!

Diferencias entre economía lineal y circular

Quienes desconocen qué es la economía circular y qué diferencia hay con la economía lineal, diezmos, en primer lugar, que las economías humanas han optado hasta nuestros días por modelos de producción lineal, basados en la extracción de materias primas, la producción de bienes de consumo, y en su desecho final en un vertedero. Con una población en aumento y que cada vez consume más, este modelo -basado en un gran consumo de recursos– es insostenible y pone en peligro todas las formas de vida (sí, también a nosotros, los humanos).

Por el contrario, la economía circular busca implantar un modelo productivo mucho más sostenible, en el que las materias primas no se desechan tan rápidamente, por lo que se reduce su ritmo de extracción y además se generan menos residuos. Por tanto, un principio fundamental de la economía circular es que los recursos se mantengan en el proceso productivo el mayor tiempo posible

Economía circular: ejemplos

Todo esto está muy bien… sabemos qué es la economía circular, cuáles son sus principios,  pero ¿cómo se puede aplicar la economía circular? ¿Cómo pueden implementar la economía circular en las empresas? ¿qué ejemplos hay de economía circular? Una forma sencilla y muy eficaz de aplicar la economía circular es reducir al mínimo posible la generación de residuos, tanto durante el proceso de producción como durante su funcionamiento: por ejemplo, luchando contra la obsolescencia programada, o diseñando productos más sostenibles, algo que es posible gracias al ecodiseño en Kaeltia.

Otras formas de apostar por una economía o comercio circular dentro de las empresas, son:

  • Recogida y reciclado de materiales para producir nuevos productos.
  • Reutilizar productos, por ejemplo ofreciendo sistemas de recompra de aquellos que estén usados.
  • Dar valor a los residuos, considerándolos como recursos y no como “basura”, y buscando aprovecharlos al máximo.
  • Apostar por compartir, como ya hacen empresas de car sharing de coches en muchas ciudades, por ejemplo.
  • Mejorar los diseños de los productos para que sean más eficientes y más sostenibles, desde su origen y hasta el final de su vida útil.
  • Productos como servicio: es decir, ofrecer el acceso a un producto, en función de la necesidad, en lugar de venderlo en propiedad. Es la llamada economía de servicios.

Beneficios de la economía circular

Ya hemos visto los cambios que puede traer la economía verde y circular a nuestro planeta. No obstante, los beneficios de la economía circular no repercuten sólo en el medioambiente, también en nosotros, beneficiándonos de muchas formas. Veamos todas sus ventajas:

Cuida el medioambiente:

Al apostar por la reducción del uso de materias primas y recursos naturales, la economía circular reduce el impacto de su extracción en el medioambiente, contribuyendo a evitar la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.

Reduce el uso de materias primas:

La economía lineal necesita de una gran demanda de materias primas que, a menudo, son escasas y suponen una gran dependencia respecto de algunos países. La economía circular busca romper esa dependencia, reduciendo el uso de recursos, reaprovechándolos, y apostando por materias primas de origen local o de proximidad.

Fomenta el empleo y la innovación:

Para quienes saben qué es la economía circular, saben que, si algo implica la apuesta por la economía circular, es una inversión en innovación y en nuevas tecnologías: esto supone un aumento de la competitividad y fomenta la creación de nuevos empleos. Se calcula que, sólo en la UE, la economía circular podría generar 700.000 puestos para el año 2030.

Reduce los gases contaminantes:

Los procesos industriales suponen más del 9% de las emisiones de gases de efecto invernadero que emite la Unión Europea. Si conseguimos reducir la demanda de materias primas y de energía que requiere la industria para generar nuevos productos, apostando por dar una vida útil más larga a los ya existentes, podemos reducir las emisiones que causan el cambio climático.

Beneficia a las economías locales:

La economía circular estimula modelos basados en la producción y el uso de recursos de proximidad, fomentando la economía y el empleo locales.

En conclusión: ahora que conoces qué es la economía circular y todos los beneficios que supone para nosotros y para nuestro planeta… ¿No crees que es hora de comenzar a aplicarla? ¡Pongámonos manos a la obra!